domingo, 30 de septiembre de 2012




SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

La alienación parental es el estado inducido en los hijos de parejas divorciadas en el que un progenitor interfiere negativamente en la relación paterno-filial que el menor debe tener con el otro progenitor.
Es un fenómeno que por desgracia, se ve con frecuencia en los Juzgados de Familia, y que constituye un evidente supuesto de maltrato infantil que produce un severo daño emocional en el menor que se manifiesta con odio y rechazo injustificados hacía el progenitor alienado y que realmente no siente.
Se trata de un síndrome que no tiene sexo, pues el mismo puede ser producido por padres o madres custodios. El tiempo cura todas las heridas excepto la alienación.
Aunque el SAP no se encuentra incluido en el DSM-IV, ningún especialista duda de su existencia en la realidad concreta, ni de la gravedad del sufrimiento del niño al exponerle al alejamiento del otro progenitor.


¿Qué es el SAP?

 La primera definición que se realiza sobre esta realidad, es de Richard Gardner en 1985, que define el Síndrome de Alineación Parental (S.A.P) como un desorden que surge principalmente en el contexto de las disputas por la guarda y custodia de los niños. Su primera manifestación es una campaña de difamación contra uno de los padres por parte del hijo, campaña que no tiene justificación. El fenómeno resulta de la combinación del sistemático adoctrinamiento (lavado de cerebro) de uno de los padres y de la propia contribución del hijo a la denigración del padre rebasado.

Otros autores como Aguilar lo definen como un trastorno caracterizado por un conjunto de síntomas que resultan del proceso por el cual un progenitor transforma la conciencia de sus hijos, mediante distintas estrategias, con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor. Los comportamientos y estrategias que el progenitor alienante pone en juego suelen ser útiles.               

Si bien es cierto que para realizar una campaña de desacreditación respecto al progenitor alienado, el alienador debe ser consciente de los actos que realiza, también es cierto que a menudo, este no es plenamente consciente de que está produciendo un daño psicológico y emocional en sus hijos/as, y de las consecuencias que ello va a tener a corto y a largo plazo en el o la menor 

La alineación parental varía en grado y severidad, como se ve en los comportamientos u en las actitudes de ambos padres y en los chicos. La severidad puede ser de tan poca importancia, como el que un progenitor llame a otro con un nombre denigrante, o puede ser tan importante como que las parejas de los progenitores de forma consciente destruyan la relación de los hijos con el otro progenitor. La mayoría de los hijos son capaces de borrar un comentario fuera de tono proveniente del otro progenitor, que está realizada con frustración. Por otro lado, otros chicos pueden no ser capaces de resistir una persistente campaña de alineación y de odio  

La prevención o el freno de la alineación pueden comenzar enseñando como reconocer los tres tipos de alienadores, ya que los síntomas y estrategias para combatir cada una de ellas, son diferentes:

Alienador Simple:
“Dile a tu padre que tiene mas dinero que yo, por eso que te compre él las botas de football”.

La mayoría de progenitores divorciados tienen momentos en los que son alienadores simples. Estos progenitores tienen buenas intenciones y reconocen la importancia de que los menores tengan una saludable relación con el otro progenitor. Ellos rara vez tienen que volver a los juzgados por problemas de visitas u otros asuntos relacionados con los hijos. Ellos apoyan la relación entre los hijos, el otro progenitor y su familia. La comunicación entre ambos progenitores es por lo general buena, aunque ellos tienen sus diferencias, como las tenían antes de divorciarse. La mayor parte pueden resolver sus diferencias, sin meter en medio a los hijos.

Los niños, estén o no divorciados los progenitores, saben que hay ocasiones en que sus padres, discuten o están en desacuerdo en algo. A los hijos no les gusta ver a sus progenitores discutir y pueden sentirse heridos o amenazados con lo que escuchan. A veces los hijos lo saben capear, hablando de lo que sienten con el progenitor  receptivo, ignorando los argumentos o confiando en que pasará el temporal, y todo se arreglará. Lo que ellos oyen y ven entre sus progenitores, no necesariamente daña a los hijos de un Alienador Simple. Ellos confían en el amor y en la protección de ellos. El hijo y sus padres tienen personalidades distintas, creencias y sentimientos. Ninguno está amenazado por lo que el otro siente sobre el progenitor Diana.

Alienador Activo:
“No quiero que le digas a tu padre que he ganado este dinero extra. El miserable, lo descontará de la pensión de alimentos, que nos permitirá ir a Disneyworld. Recuerda que él lo hizo antes, cuando quisimos ir a casa de los abuelos por Navidad.”

La mayoría de los progenitores que vuelven a los juzgados con problemas de visitas, son alienadores activos. Estos progenitores piensan bien, y creen que los hijos tendrán una relación saludable con el otro progenitor. El problema que tienen, es con el control de su frustración, amargura o herida. Cuando sucede algo que dispara sus sentimientos dolorosos, los alienadores activos atacan  de forma que refuerzan la alineación con el progenitor diana. Después de recobrar el control el progenitor habitualmente sentirá culpabilidad o se sentirá mal por lo que hizo y dejará sus tácticas alienadoras. Dudando sobre la impulsividad alienadora y después reparando el daño con los hijos; es la marca del Alienador Activo.

Ellos tienen buenas intenciones, pero perderán el control a causa de la intensidad de sus sentimientos que les superan.

Alienador Obsesionado   
“Yo quiero a mis hijos. Si el juzgado no puede protegerlos de su padre abusador, yo lo haré. Incluso aunque él no hay abusado nunca de los chicos, yo sé que es cuestión de tiempo. Los chicos están peleados con su padre. Si ellos no quieren verle, yo no les voy a obligar. Ellos son suficientemente mayores como para pensar por sí mismos”

El Alienador Obsesionado es un progenitor o a veces un abuelo con una meta: llevarse a los menores a su terreno junto a él, hacer una campaña para destruir la relación con el progenitor Diana. Para su campaña de trabajo el Alienador Obsesivo entremezcla las personalidades y voluntades de los chicos con las suyas propias. Este es un proceso que lleva tiempo, generalmente comienza cuando el divorcio ya es definitivo, y los chicos, especialmente pequeños, están completamente indefensos para ver y combatir. El progenitor obsesionado está enfadado, con amargura o sentimientos de repulsa hacia el otro progenitor. Las razones iniciales de la amargura pueden actualmente estar justificadas. Pueden haber sido verbal o físicamente abusados, violados, traicionados por algún asunto o empobrecidos financieramente. El problema ocurre cuando los sentimientos no sanan, sino que llegan a ser más intensos, porque están forzados a continuar, como consecuencia de su paternidad común, una relación con una persona que ellos desprecian. Solo el tener que hablar con el otro progenitor, es un recordatorio del pasado que dispara el odio. Ellos están atrapados sin ninguna posibilidad de marcharse y sanar.

Consecuencias del SAP en los menores actualmente y en su futura vida adulta

Los niños que sufren este maltrato quedan totalmente indefensos e incapacitados para ayudarse a sí mismos. Sólo pueden esperar que los adultos lleguen a resolver el problema para liberarse de ésta pesadilla. Si el problema entre los adultos no se resuelve, el niño queda abandonado y crece con pensamientos disfuncionales. No es únicamente cuestión de que el niño pueda no llegar jamás a establecer relaciones positivas con el padre/madre alejado, sino que sus propios procesos de razonamiento han sido interrumpidos, coaccionados y dirigidos hacia patrones patológicos. Los menores que sufren esto, relacionan sus frustraciones con los pensamientos o recuerdos asociados al progenitor alienado, y por tanto desarrollan conforme van creciendo, una tendencia a proyectar toda su negatividad psicológica sobre la imagen que tienen de tal progenitor, lo que termina por destruir tal imagen y a la larga la relación. Para ello, el progenitor alienante, saca a colación la persona del alienado, sólo en los momentos en que el menor sufre alguna frustración; lo hacen sistemáticamente, es decir, en todas las ocasiones posibles antes explicadas, al tiempo que omiten toda referencia a la misma persona, sistemáticamente en todos los momentos en que el niño esté de buen ánimo.
 Esta polarización de frustraciones que asocia toda la negatividad mental del menor con su progenitor alienado o su imagen, es dirigida por manipulación consciente del alienante, sirviéndose de su prevalencia sobre el niño/niña. Este no podrá comprender esta circunstancia, ni llegará a racionalizarla para superarlo ni actuar bajo su influjo, ni llegará a ver clara su trascendencia biográfica, aunque se le explicase y demostrase con hechos, datos, y con razonamientos objetivos y lógicos, incluso por terceras personas imparciales, hasta una edad adulta muy avanzada.
 Se ha aceptado ampliamente que los patrones de maltrato o abuso físico no podrán ser desarraigados hasta que el sujeto no realice una elección consciente, así encontramos que los patrones de abuso emocional y psicológico serán transmitidos también de una generación a otra.
Las consecuencias de esta forma de abuso psicológico, se manifiestan a corto, medio y/o largo plazo, pero siempre son devastadoras para el psiquismo infantil. Las víctimas del SAP ven amenazada su evolución competente y ajuste psicosocial.

El SAP ha sido asociado con depresiones crónicas, incapacidad para funcionar en un ambiente psicosocial normal, trastornos de identidad e imagen, desesperación, un sentimiento incontrolable de culpabilidad, sentimientos de aislamiento, hostilidad, falta de organización, e intentos de suicidio.

Cuando el lavado de cerebro sobre los hijos consigue su objetivo, destruye los vínculos entre estos y el padre ausente y los niños pierden a uno de sus padres por el interés egoísta del otro.

La ausencia de uno de los dos progenitores ha sido asociada con trastornos mentales en el niño, ansiedad, tensión, depresión y enfermedades psicosomáticas, con dificultades en los ajustes escolar, social y personal y disminución de la autoestima. 

 Consecuencias del SAP en los progenitores alienados 
Los padres y madres que, literalmente, han perdido a sus hijos/as en los casos más severos del síndrome, sienten como si éstos hubieran muerto. El progenitor se resiente por la pérdida de sus seres queridos. Si los tribunales de justicia no intervienen, las madres y padres alienados no tienen ninguna oportunidad, pero siguen amando y recordando, desde la distancia, a sus hijos. El progenitor alienado compara su pesar al producido por la muerte de un hijo/a. 
La única esperanza es que algún día, alguien, se acerque a sus hijos y les explique lo patológico de lo sucedido y que los niños, voluntariamente, comiencen a reconstruir una relación con su padre/madre perdido.
Lavado de cerebro, programación mental, manipulación, cualquiera de éstos términos con el cual se llamase a este proceso, es destructivo para el niño y para el padre/madre alienado/a. Ninguno de los dos podrá ser capaz de llevar una vida normal y saludable a menos que el maltrato sea interrumpido.


jueves, 27 de septiembre de 2012






 ¿CUANDO DEBO ACUDIR AL PSICÓLOGO?



·        -Cuando existe un "dolor emocional" en forma de emociones negativas intensas como: la depresión, miedo, pánico, cólera, desesperanza...

·        -Cuando se ve afectada una o varias áreas de tu vida: relación de pareja o familia, diversiones, trabajo...

·        -Cuando otros especialistas (médicos, psiquiatras,...) te aconsejan la necesidad de buscar tratamiento psicológico.

·        -Cuando una persona significativa de tu vida (familiar, amigo...) se ve afectada por el problema o apunta la necesidad de buscar una solución.

·        -Cuando después de seguir un tratamiento farmacológico los resultados no son todo lo satisfactorios que deseas, o el problema no lo superas.

·        -Con una sola de estas razones puedes acudir al psicólogo. Él/ ella evaluará y concluirá si, efectivamente, puede ayudarte.
(Pastor y Sevillá, 1991)

martes, 18 de septiembre de 2012









Adolescentes y alcohol
La mayoría de los problemas relacionados con el alcohol empiezan entre los 16 y los 30 años, por lo que es importante retrasar lo más posible el inicio del consumo de esta droga.
Introducción
El uso problemático y el abuso de alcohol son problemas frecuentes en España, y somos uno de los países con mayor tasa de cirrosis del hígado, una de cuyas causas principales es el abuso de alcohol.
En España la edad de primer contacto con el alcohol está disminuyendo, y no es raro encontrar niños de 12 o 13 años que se intoxican regularmente bebiendo alcohol. Además, la adolescencia es un periodo especialmente vulnerable para el consumo excesivo de alcohol, ya que aumenta la independencia de los padres y se imitan actitudes y comportamientos de los adultos. El adolescente también tiende a intentar “romper las reglas” establecidas e ir en contra de los padres, y a veces lo hace usando alcohol de forma excesiva y peligrosa.
Debido a que el inicio del uso del alcohol es tan temprano, los programas de prevención deben empezarse en el colegio, en los cursos de primaria. Se ha comprobado que cuanto menos peligrosa crea el adolescente que es una bebida o una droga, más pronto se iniciará su uso. Por ello es importante que los niños conozcan los peligros del alcohol a cualquier edad, y evitar decir cosas como “tú aún eres pequeño para beber”, o “cuando seas mayor podrás beber”. Hay que recordar que la cerveza, la sidra, el vino y los licores todos tienen alcohol, y sólo se diferencian en la concentración, y que si se mezcla el ron o whisky con refrescos no se reduce la cantidad de alcohol, es decir, que si cuatro chicos se beben 1 litro de ron mezclado con 2 litros de cola en 2 horas, se beben ¼ de litro de ron cada uno. Es importante que la sociedad no idealice el abuso de alcohol y que no sea aceptado ni tolerado como a veces sucede en la TV o en canciones rock, que tienen mucha influencia en los jóvenes. Tampoco hay que extender la idea falsa de que “todos los chicos lo hacen”.
La tarea educativa de prevención se debe hacer desde la familia y el colegio, pero también desde la sociedad en general y los medios de comunicación.
Efectos del alcohol
El alcohol produce múltiples problemas físicos y psicológicos aunque se tome “sólo los fines de semana”.
Como tiene efecto directo sobre el cerebro reduce la concentración y los reflejos, afectando el rendimiento escolar del adolescente. También produce síntomas físicos ya que afecta al hígado y al estómago, aumenta el riesgo de muerte o invalidez por accidente de tráfico, y aumenta el riesgo de contactos sexuales precoces y así los embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.
Además, si el alcohol se usa como forma de disminuir la ansiedad social, el adolescente se acostumbra a manejar su ansiedad y sus problemas utilizando alcohol, y no aprende a resolverlos por sí mismo.  Por ello el alcohol detiene o retrasa el desarrollo psicológico normal del adolescente.
El alcohol es una sustancia con un efecto sobre el cerebro que produce una respuesta en los circuitos del placer afectando los neurotransmisores. Actúa de forma parecida a como lo hacen los tranquilizantes (como el valium® y otras pastillas para dormir), pero con un efecto más rápido.
El uso repetido intermitente, y la búsqueda del efecto placentero producen cambios en el cerebro que perpetúan el uso y pueden desembocar en el abuso y la dependencia La adolescencia es una época de la vida en la que se experimenta con alcohol y drogas, en parte porque los adolescentes no ven la conexión entre sus acciones presentes y las consecuencias futuras. También tienen tendencia a sentirse indestructibles e inmunes ante los problemas.
El uso temprano de alcohol o tabaco aumenta el riesgo del uso posterior de otras drogas. Algunos adolescentes experimentan un poco y dejan de usar alcohol, o lo usan ocasionalmente sin tener problemas significativos. Sin embargo otros desarrollan abuso del alcohol, causando daños significativos a ellos o a otros.
Definición de abuso de alcohol
Se define abuso de alcohol como un uso repetido que produce consecuencias negativas.
Para que se considere abuso se debe presentar al menos una de las siguientes consecuencias:
  1. consecuencias a nivel escolar, académico o laboral (no poder rendir al nivel normal en el colegio o el trabajo por haber usado alcohol)
  2. a nivel físico (uso de alcohol cuando es peligroso, como conducir un vehículo o usar maquinaria peligrosa)
  3. a nivel legal
  4. a nivel social o interpersonal (irritabilidad con los padres, peleas con amigos, pérdida de relaciones sociales, etc.).
Los adolescentes pueden tener problemas serios con el alcohol aunque no desarrollen “dependencia” al alcohol (la dependencia al alcohol es lo que se conoce como alcoholismo, pero el abuso también crea problemas).
Los adolescentes con alto riesgo de desarrollar abuso de alcohol incluyen aquellos con historia familiar de abuso de alcohol, adolescentes con depresión, o con autoestima baja, o aquellos que no se sienten aceptados en su grupo.
Las drogas de las que los adolescentes abusan con más frecuencia son legales como el alcohol o el tabaco, o ilegales como la marihuana.  El uso de alcohol produce primero una sensación agradable de euforia y disminución de la ansiedad, lo que puede “ayudar” al adolescente tímido a “romper el hielo” en un grupo de amigos, ya que disminuye el miedo a hacer el ridículo. Generalmente es más probable hacer el ridículo si se ha bebido alcohol, pero uno no se da cuenta.
Son especialmente vulnerables aquellos adolescentes con ansiedad social o timidez excesiva. Cuando el nivel de alcohol en sangre sube, aparecen cambios en el comportamiento como desinhibición (lo que puede producir comportamientos sexuales o violencia), labilidad emocional (tristeza, euforia o irritabilidad), y disminución de la capacidad de juicio (infraestimación de los riesgos, creerse invencible). También afecta a la coordinación motora y los reflejos, produciendo riesgo de accidentes de tráfico.
Finalmente produce dificultad al andar, alteración en el habla, pensamiento enlentecido, disminución de la atención, somnolencia, pérdida de la consciencia, y coma. Al volver a bajar los niveles de alcohol se producen temblores, sudoración, náusea, vómitos, taquicardia, y dolor de cabeza.
Síntomas del abuso de alcohol en adolescentes
Los padres deben saber que el alcohol produce unos síntomas durante la intoxicación y otros durante el periodo de abstinencia.
Las señales principales del abuso de alcohol en adolescentes son:
  • Físicas: fatiga, múltiples quejas sobre la salud física, ojos enrojecidos y con un brillo característico, vómitos.
  • Emocionales: cambios en la personalidad, cambios bruscos de humor, irritabilidad, comportamientos irresponsables y arriesgados, baja autoestima, tristeza o depresión, desinterés general en actividades que antes les gustaban.
  • Familiares: riñas más frecuentes, desobediencia de las normas, mentiras repetidas, estar retraído o no comunicarse con la familia, secretos excesivos (respecto a amigos, sitios donde van, no poder entrar en su habitación, etc.)
  • Escolares: disminución del interés por el colegio, actitud negativa, no ocuparse de hacer los deberes, disminución de las calificaciones, ausencias del colegio, problemas de disciplina
  • Sociales: amigos nuevos a los que no les interesan las actividades normales de la familia y el colegio, problemas con la ley, cambio hacia un estilo poco convencional de vestir o de gustos musicales, tatuajes o piercings excesivos.
Algunas de estas señales de aviso pueden indicar otros problemas. Los padres deben reconocer que existe un cambio en el comportamiento, humor, relaciones, rendimiento escolar, y hábitos de su hijo o hija.
Se debe hablar con sinceridad y claridad con los hijos sobre nuestra preocupación sobre su posible uso de alcohol. No nos debe tranquilizar una respuesta negativa si no se encuentra una causa al cambio de comportamiento.
Una respuesta airada o frases como “no confiáis en mi”, “me estáis espiando”, ante nuestras preguntas indican un excesivo recelo del adolescente y deben inducir sospechas. Una vez que se sospecha abuso de alcohol, debe realizarse una visita al médico de cabecera, que realizará una evaluación. Existen también sistemas para la detección de alcohol en el aliento que se pueden tener en casa para hacerse por sorpresa. Si se confirma el abuso de alcohol deberán acudir a un especialista.
Evaluación por el especialista
Al evaluar al adolescente se explora si hay problemas en casa, en el colegio, historia de abuso físico, sexual, o psicológico, si el adolescente corre riesgos excesivos (no usa casco en la moto…) o tiene muchos accidentes, si tiene dificultades con los amigos, si tiene una mala imagen de él mismo, qué tipo de actividades de ocio tiene, si tiene contactos sexuales precoces, o si ha amenazado con hacerse daño o suicidarse. Los padres deben estar un poco al tanto de éstos aspectos en su hijos para detectar los problemas pronto.
Una de las características más frecuentes del abuso de alcohol es la negación tanto por el propio adolescente como de los padres, aunque a veces haya signos, estos se ignoran o se minimizan (En la consulta oímos cosas como: “solo ha ido una vez a urgencias intoxicada”, “sólo bebió tres o cuatro vasos de whisky mezclado con refresco”, “le sentó mal la bebida porque estaba fría”, “se emborrachó porque no tiene costumbre”, “va con malas compañías”, “eran fiestas en el pueblo”…).  Esto es una defensa lógica de los padres porque el tema es demasiado duro, pero deben retirarse los secretos y hablar del tema abiertamente.
Factores de riesgo y factores protectores
Para prevenir el abuso de alcohol en los adolescentes hay que conocer los factores de riesgo que aumentan la posibilidad de que se presente éste problema., aunque el abuso de alcohol está extendido por todos los estratos socioeconómicos y culturales, y no se limita a un tipo de familias concreto.
Factores de riesgo en la familia
  1. Ambientes familiares caóticos o con abuso de alcohol o drogas en los padres, o padres con un trastorno psiquiátrico
  2. Problemas serios en la educación de los hijos por los padres en niños con temperamentos difíciles o problemas de conducta
  3. Falta de vínculo afectivo entre hijos y padres, y falta de cariño
Factores de riesgo en el colegio
  1. Comportamiento excesivamente tímido o agresivo del niño en clase
  2. Fracaso escolar
  3. Incapacidad para manejar situaciones adversas (no saber decir no)
  4. Amistades con otros chicos con problemas de conducta o legales
  5. Consentimiento implícito o tolerancia al uso de alcohol en el colegio, los amigos, o la comunidad
  6. La disponibilidad y tolerancia al uso de alcohol en el barrio, y la creencia de que el uso de alcohol es inofensivo aumentan el número de jóvenes que empiezan a usarlo.
Factores protectores:
  1. Lazos fuertes con la familia
  2. Los padres que están al tanto de las actividades, aficiones y amistades de sus hijos, y que forman parte de la vida de sus hijos previenen el uso de alcohol por sus hijos.
  3. Éxito académico en los adolescentes
  4. Participación y lazos con instituciones sociales como las familias, el colegio, y organizaciones religiosas
Tratamiento
Lo primero es que se consiga la abstinencia completa del uso de alcohol y otras drogas como cannabis, en su caso. Si esto no se consigue pronto debe acudirse a un equipo específico de especialistas en abuso de sustancias (tipo Proyecto hombre), donde además de psicoterapia individual y de grupo para el adolescente, se da apoyo e indicaciones concretas a los padres.
El tratamiento del abuso de alcohol en adolescentes necesita de un equipo especializado.
También pueden usarse medicinas para reducir el uso de alcohol. Además deben tratarse los problemas psiquiátricos asociados al abuso de alcohol, con una combinación de medicación, manejo conductual, y apoyo a los padres.